Los hermanos de Cristo , los miembros del Cuerpo Gobernante se reúnen periódicamente para estudiar la Biblia y buscar la guía de Jehová . Así tras analizar enseñanzas que consideran oportunas pueden llevar acabo los reajustes necesarios. Estos cambios lo hacen con la certeza de que Jehová los ha guiado bajo oración y su espíritu santo.
Estimado lector , Testigo o ex- Testigo de Jehová, ¿es lo que creías o crees porque te lo han hecho ver así? Esta imagen es la que yo tenía siendo todavía Testigo, y se que muchos la siguen teniendo. ¿Como saber si esto es cierto y si es así como se llevan a cabo los asuntos dentro de la organización? ¿Como deciden sobre las vidas de los hermanos?
Tendríamos que escuchar el testimonio de alguien que ha estado dentro de ese grupo. Ese testimonio afortunadamente existe, aunque la persona ya no está con nosotros en este mundo (se fue, espero que a otro mejor). La mayoría de nosotros ya leímos sus libros, no obstante quiero mencionar una pequeña parte de uno de ellos. El libro se titula Crisis de Conciencia y el autor es Raymond Franz, fue miembro del Cuerpo Gobernante. Copio ...
TRADICIÓN Y LEGALISMO
Así pues, ustedes han anulado el mandato de Dios para seguir sus propias tradiciones. . . . sus enseñanzas son mandatos de hombres.—Mateo 15: 6, 9, Versión Popular.
La inmensa mayoría de los Testigos de Jehová tienen la idea de que las sesiones del Cuerpo Gobernante son reuniones de hombres que dedican gran cantidad de su tiempo al estudio concienzudo de la Palabra de Dios. Piensan que se congregan para humildemente considerar la mejor manera de ayudar a sus hermanos a entender las Escrituras, para abordar maneras constructivas y positivas de edificarlos en la fe y el amor, cualidades que motivan las genuinas obras cristianas, sirviéndose para ello de esas sesiones en las que siempre se acude a las Escrituras como la única autoridad válida y suprema. Como se ha señalado, los miembros del Cuerpo Gobernante sabían mejor que nadie que los artículos de La Atalaya en los que se describe la relación entre la corporación y el Cuerpo Gobernante exponían un cuadro no ajustado a la realidad. Asimismo, los miembros del Cuerpo Gobernante saben mejor que nadie que el cuadro descrito en el párrafo anterior difiere considerablemente de la realidad. Yo pasé nueve años en el Cuerpo Gobernante. Repasando el contenido de reunión tras reunión, lo más significativo, el rasgo constante y lo que más tiempo ocupó fue el dirimir sobre asuntos que, al final, respondían a la pregunta “¿Es esto un asunto que merezca la expulsión?” Yo compararía al Cuerpo Gobernante (cosa que a menudo hice mentalmente) con un grupo de hombres parapetados contra una pared a los que numerosas personas les lanzan pelotas para que ellos a su vez las cojan y se las devuelvan. Esas pelotas son tantas y tan frecuentes que dejan poco tiempo disponible para dedicarlo a otros asuntos. Y, en efecto, parecía que cada regla establecida y transmitida en cuestiones de expulsión únicamente resultaba en suscitar aspectos nuevos sobre el particular que llegaban a nosotros, dejándonos escaso margen de tiempo para pensar, profundizar, discutir y actuar de manera realmente positiva y constructiva. A través de los años asistí a muchas, muchas sesiones en las que se abordaron cuestiones que podían afectar seriamente a la vida de las personas en las que no se utilizó la Biblia y ni tan siquiera fue mencionada por la práctica totalidad de los participantes. Había motivos para ello, una combinación de motivos. Muchos miembros del Cuerpo Gobernante admitían que se encontraban tan ocupados en diversos asuntos que les quedaba poco tiempo para el estudio de la Biblia. No resulta exagerado decir que el promedio de aquellos miembros no se tomaba más tiempo, incluso se tomaba menos tiempo para tal estudio que muchos Testigos entre los llamados “miembros comunes”. Algunos de los que formaban parte del Comité de Publicación (que incluía a los oficiales y directores de la corporación de Pennsylvania) destacaban en este aspecto dada la enorme cantidad de papeleo que manejaban y, evidentemente, consideraban que cosas tales como la revisión y presentación de conclusiones o recomendaciones no podían o no debían delegar en otros. En las escasas ocasiones en las que se había programado una consideración estrictamente bíblica, se debía por lo general a la discusión de uno o varios artículos de La Atalaya que alguien había preparado y sobre los que existía alguna objeción. En estos casos solía ocurrir que, aún habiendo sido informados sobre el particular con una o dos semanas de antelación, Milton Henschel, Grant Suiter o algún otro miembro del mencionado Comité se veían obligados a decir: “He estado tan ocupado que únicamente tuve tiempo de echarle una ojeada”. No había motivo para dudar de que efectivamente hubieran estado muy ocupados. La cuestión que surgía era ¿Cómo en tal circunstancia podían ellos votar en conciencia para aprobar una información, siendo el caso que ni habían podido reflexionar sobre la misma ni habían examinado las Escrituras para su comprobación? Una vez publicado, aquello iba a ser considerado como “verdad” por millones de personas. ¿Qué trabajo relacionado con el papeleo podría ser tan importante como este asunto?.
126 CRISIS DE CONCIENCIA
Pero esos hermanos en modo alguno eran los únicos. Las propias aportaciones al debate claramente ponían en evidencia que la inmensa mayoría de los miembros del Cuerpo se habían limitado a poco más que la mera lectura de la información. Con frecuencia se trataba de algún asunto ideado y desarrollado por el propio escritor sin previa consulta con el Cuerpo aún cuando implicara algún “nuevo entendimiento” de las Escrituras y, a menudo, el escritor ya había perfilado toda su argumentación y llevado a cabo la redacción final sin haber discutido la información ni haber contrastado su opinión con alguna otra persona. (Incluso en vida de Nathan Knorr ese fue el procedimiento habitual seguido por el principal escritor de la Sociedad, Fred Franz. Tan sólo cuando él había terminado de darle forma definitiva a la información existía la posibilidad de que otra persona—por lo general el presidente—accediera a la consideración y examen de las ideas y la interpretación expuestas). Con frecuencia la argumentación resultaba compleja, intrincada, tal que una lectura superficial sería incapaz de suministrar base analítica imprescindible para probar su validez y determinar si la información tenía fundamento bíblico sólido o se trataba de mera ‘ingeniería mental ’, un ejercicio hábil de alambicada dialéctica aplicada a los textos mediante el cual se les atribuía algo que en realidad no decían. Quienes se habían limitado a la mera lectura de la información solían votar a favor. Los que además habían dedicado un tiempo extra a estudiarla y habían llevado a cabo alguna investigación adicional eran quienes más probablemente presentaban objeciones serias. Así, después de abordar un artículo de Fred Franz en el que exponía el punto de vista de que “la fiesta de la recolección” (celebrada, según la Biblia, en el cierre de la estación de la cosecha) representaba un acontecimiento en la historia de los Testigos al comienzo de su cosecha espiritual, se llevó a cabo una votación en- tre los miembros que resultó suficientemente favorable para su aceptación. Lyman Swingle, a la sazón coordinador del Comité de Redacción y que no había votado favorablemente, dijo entonces: “Muy bien, si es eso lo que quieren, lo enviaré a fábrica para que se imprima. Lo cual no significa que yo lo crea. Tan sólo es una piedra más que se acumula en el enorme monumento que da testimonio de que La Atalaya no es infalible.” Una segunda razón para la falta de verdadera discusión bíblica es, según creo, consecuencia de lo anterior. Se trata de que la mayoría de los miembros del Cuerpo no habían llegado a estar realmente versados en las Escrituras, ya que su “estar muy ocupados” no era algo de origen reciente. En mi propio caso, hasta 1965 estuve envuelto en tal “molino” de actividad agobiante que encontraba poco tiempo para dedicarlo a estudio verdaderamente serio. Y pienso que el problema es aún más profundo. Creo que el pensamiento dominante sencillamente era que el estudio y la investigación no eran muy necesarios, que las normas y las enseñanzas que la organización había desarrollado durante décadas constituían en sí mismas una guía segura, de tal manera que cualquier propuesta que pudiera presentarse en el Cuerpo se consideraría acertada en la medida en que estuviera conforme con dichas normas o enseñanzas. Los hechos nos llevan a esa conclusión. En ocasiones lo que estaba siendo una larga discusión sobre algún aspecto relacionado con la “expulsión” tenía una repentina solución cuando uno de los miembros había encontrado una declaración relacionada con el tema en el libro Organización o más probablemente en el libro “Ayuda para contestar la correspondencia de la sucursal,” un compendio de normas organizadas por orden alfabético con un amplio contenido de temas (empleo, matrimonio, divorcio, política, temas militares, sindicatos, sangre y otros muchos). Una vez se disponía de tal declaración, aunque careciera de referencia bíblica que apoyara aquella norma, parecía suficiente para que la mayoría de los miembros del Cuerpo tomara su decisión, normalmente un voto sin vacilaciones favorable a cualquier moción acorde con la norma impresa. Contemplé eso en varias ocasiones y jamás dejé de impresionarme al ver cómo una simple norma impresa podía llevar a cabo un cambio tan repentino en el avance y conclusión de lo que hasta ese momento había sido un largo debate. Una última razón para que la Biblia tuviera escaso protagonismo en esas discusiones era que uno tras otro, los asuntos a tratar giraban en torno a temas que no aparecen explícitamente en las Escrituras. Por mencionar ejemplos concretos, pudiera tratarse sobre si una inyección de suero se consideraría lo mismo que una transfusión de sangre, o si aceptar plaquetas merecería la misma objeción que aceptar glóbulos rojos. También pudiera tratarse de la norma para el caso de una esposa que comete un acto de infidelidad en cuanto a que está obligada a confesarlo a su marido (aún sabiendo que se trata de una persona de carácter extremadamente violento) o, en caso contrario, no se consideraría válida su declaración de arrepentimiento, quedando así expuesta a ser expulsada. ¿Qué parte de las Escrituras trata de asuntos de esta naturaleza?
“ustedes no son parte del mundo” que se halla en Juan 15: 19. Cuando un miembro del Cuerpo Gobernante personalmente albergaba prejuicios contra la acción o conducta que se debatía y no encontraba otros argumentos, a menudo recurría a este texto, ampliando su significado y forzando su aplicación al caso fueran cuales fueren las circunstancias. La necesidad de permitir que otras partes de la Escritura concretaran más el significado de un texto tan abarcador y cómo ha de aplicarse en cada caso con frecuencia parecía una cosa innecesaria o irrelevante.
... cuando el Cuerpo se mostraba enteramente dividido en sus puntos de vista, situación más común de lo que algunos pudieran pensar. Podía someterse a discusión un asunto referente a una conducta que en algún momento en el pasado de la Sociedad se había considerado como “digno de expulsión”, tal vez el hecho de que a una persona se le hubiera inyectado un componente sanguíneo para poder neutralizar una enfermedad potencialmente fatal; o quizá el caso de una esposa, cuyo marido no Testigo estuviera en servicio militar y ella realizara su trabajo en la base militar de su marido. Sucedía en ocasiones que, al debatir este tipo de asuntos, el Cuerpo solía estar muy dividido, a veces partido en dos mitades. Podía darse el caso de que hubiera una mayoría inclinada a desclasificar como “digno de expulsión” un acto particular, una conducta o un tipo de empleo. Veamos la situación que podía producirse debido a la regla de la mayoría de los dos tercios: Si de catorce miembros presentes, nueve se inclinaban por eliminar la etiqueta de “digno de expulsión”, habiendo sólo cinco que apoyaban su mantenimiento, esa mayoría era insuficiente para eliminar dicha etiqueta. Aún con una mayoría así, nueve no alcanzaba la mayoría de los dos tercios. (Incluso en el caso de que fueran diez los votantes a favor de que se produjera el cambio, tampoco sería un número suficiente, pues aún constituyendo una mayoría de dos tercios de los catorce presentes, la norma aplicaba a la mayoría de dos tercios del total de los miembros activos, constituida en gran parte del tiempo por diecisiete). Si alguno de aquellos nueve partidarios de eliminar la consideración de “digno de expulsión” presentaba una moción 2 Puedo recordar, y mis notas indican, solo un par de ocasiones en los más de ocho años en donde me hallaba completamente solo en votar en contra de la mayoría o en abstenerme.
Si entre los cinco que apoyaban su mantenimiento había alguien que presentara una moción tampoco tendría éxito naturalmente. Pero, incluso en este caso, aunque se produjera el fracaso de una moción favorable a continuar considerando “digno de expulsión” el asunto en cuestión, no daría como resultado la eliminación esa clasificación vigente. ¿Por qué? Porque la norma establecía que era preciso que una moción fuera aprobada para poder efectuar cambios en cualquier norma vigente. En uno de esos primeros casos de votación dividida, Milton Henschel se había pronunciado en cuanto a que “prevaleciera el statu quo” cuando no se produjera una mayoría de dos tercios. En tal caso no procedería efectuar cambio alguno. Era poco habitual en estos casos que alguien cambiara el signo de su voto de modo que lo que normalmente se producía era un estancamiento. Eso significaba que el Testigo que hubiera incurrido en una determinada conducta o desempeñara un empleo cuya idoneidad moral estuviera sometida a discusión se vería abocado a la expulsión, ¡aun cuando la mayoría del Cuerpo había manifestado con claridad que no debería ser así!. En más de una ocasión cuando una minoría o incluso una mayoría insuficiente (por no alcanzar los dos tercios) consideraba que el asunto envuelto no merecía la expulsión de la persona afectada expresé mi parecer en cuanto a lo irrazonable e incomprensible de nuestra actitud. ¿Cómo podíamos continuar actuando como en el pasado, expulsando a la gente por cosas que hasta en el seno del Cuerpo Gobernante había quienes, a veces una mayoría, consideraban no merecedoras de ese castigo?. ¿Cómo llegarían a sentirse los hermanos y las hermanas cuando tuvieran conocimiento de tal situación y que, a pesar de todo, se llevaban a cabo las expulsiones?
Esto lo dice todo, solo añadir que la vida de los que profesan ésta religión no esta en manos de Dios. ¿Pero como hacerles ver a los adeptos esto?- Primero no nos hablan , segundo no leen esta clase de literatura porque la consideran venenosa y satánica, y tercero aunque algunos se atrevan a leerla seguramente dirían que Raymond Franz miente en sus declaraciones. Así que lo tienen muy difícil descubrir que son marionetas en manos de simples hombres e impostores. No obstante si que muchísimos hemos descubierto la verdad al leer el testimonio de Raymond, o al menos nos ayudó a abrir los ojos a la realidad . Raymond donde quiera que estés , te damos las gracias . Solo espero que sigan descubriendo muchos más las mentiras de ésta secta llamada religión, por los escritos de Raymond o por otros testimonios. Todos podemos contribuir a ello.
15 Y guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
ResponderEliminar16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?
17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, mas el árbol malo da malos frutos.
18 No puede el árbol bueno dar malos frutos, ni el árbol malo dar buenos frutos.
19 Todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.
20 Así que, por sus frutos los conoceréis.
No seas pica pleitos Santi...
Eliminar¿Y quienes son ese arbol que produce fruto exelente?... si el unico cristiano que conozco murio en la cruz!.
Lucas capitulo 6:"41 »¿Por qué te fijas en lo malo que hacen otros, y no te das cuenta de las muchas cosas malas que haces tú? Es como si te fijaras que en el ojo de alguien hay una basurita, y no te dieras cuenta de que en el tuyo hay una rama. 42 ¿Cómo te atreves a decirle al otro: “Déjame sacarte la basurita que tienes en el ojo”, si en el tuyo tienes una rama? ¡Hipócrita! Saca primero la rama que tienes en tu ojo, y así podrás ver bien para sacar la basurita que está en el ojo del otro.»"
poli-glotonto
Por sus frutos los conoceréis
EliminarPues han de estar muy bien escondidos esos frutos porque ninguna religion llena ese perfil cristiano de ser un arbol ecxelente. presisamente son sus frutos los que denuncian la falsedad de todos las religiones.
Eliminar"¿no se pone una luz debajo de una cesta donde nadie pueda ver su brillo. verdad? mas bien se coloca sobre un candelabro para que la luz ilumine a todos"...
¿quien tiene esa luz?...
8 Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
EliminarY dijo el Señor: 21 No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros[i]?” 23 Y entonces les declararé: “Jamás os conocí; apartaos de mi, los que practicais la iniquidad.”
Eliminar¿Cual es la razón por la que el señor desconoce a los falsos profetas y apóstoles charlatanes que supuestamente realizan obras milagrosas en lo oculto?. El verso 21lo deja muy clarito: no hacen la voluntad de mi PADRE que esta en los cielos...
Por mas intentos que hicieren esos apostoles superfinos por demostrar la autenticidad de sus falsos milagros al final el señor no los reconoce porque no hacen lo que agrada a Dios. Y es que a Jehová Dios no se le puede engañar como a los pardillos crédulos... Por mas que juren y perjuren que ellos poseen el espíritu santo y los mismos dones que Jesús.
Saluditos.
Poli-glotonto.
Y debemos creerle a Raimindo, el Principe de los apostatas????
ResponderEliminarCreer o no creer; esa es la cuestión. A fiel, ¿crees tú que vale o no la pena investigar -desde la neutralidad- las enseñanzas de la WT?.
EliminarYo te regreso la pregunta: ¿debemos creer y aceptar sin chistar todas las ocurrencias que hacen los del CG en el nombre de Dios?.
Yo diria que el Rey de los Apostatas fue el tio de R. Franz, llamado en el bajo mundo como el Kapa-o Franz, o su nombre de pila Frederick Franz un mitomano total que aprendio a asesinar sin un arma usando el fanatismo.
EliminarLa Anonima
no,claro seguiriamos en lo mismo,hay que esperar solo en JHEOVA,el arreglara todo a su tiempo de el.en ninguna religion hay se puede confiar,ni catolicos,los diezmistas avaros rateros de los disque cristianos evangelicos etc.
EliminarPero que tiene que ver lo que Santi y el Poliglo-tonto están hablando con el tema tan interesante que Elí ha presentado? Como siempre ese Santi!.
ResponderEliminarElí, resulta muy importante leer a Raymond Franz para cualquier testigo de Jehová. La razón es que este hermano en su libro “crisis de conciencia” describe como es esa dimensión desconocida en la que se mueven los del CG. Al final uno llega a comprender que quien administra la “organización de Dios” aquí en la tierra son ellos mismos; poco tiene que ver Dios en ese asunto. Son ellos los que quitan y ponen a discreción las directrices con las que deben regirse sus integrantes. Son ellos, los del CG, los que deciden que luz apagar y cual encender. Para muestra basta lo de esta nueva asamblea; el libro de la vida y ministerio de Jesucristo ha tenido una trasformación, ha habido nueva luz y este libro tiene que ponerse al corriente… al menos por un tiempo en tanto la nueva luz no se apague. Así, año con año, esto se ha convertido en una secesión interminable de actualizaciones donde el testigo común poco puede hacer ya que no tiene ni voz ni voto en ese asunto; solo le queda acatar a la si o si el nuevo cambio, trátese de lo que se traté.
Creo que lo primordial para cada persona interesada es deslindar a Dios de la religión… poco tiene que ver Él con la religión. En el caso de la WT es lo mismo, si el testigo de Jehová común no se entera de que su religión poco tiene de cristiana nunca vera la necesidad de investigar si lo que cree u acepta como de Dios es realmente de Dios y no de la mente de un grupo de hombres autoproclamados Efd. Precisamente eso es lo que Raymond Franz nos ha querido decir en sus libros.
saludos.
Hola Teóflo, tienes razón, aqui se discute pero no precisamente del tema. Será que algunos no tienen argumentos, ya que Raymond los deja sin palabras.
ResponderEliminarNos hizo ver, este hombre ,que millones de personas están en manos de unos pocos individeos que no les importa lo más mínimo sus vidas. De ahí que sigan tozudamente con la prohibición de las transfusiones de sangre. Es como tu dices...
¿que tiene que ver Dios con la religión?
Eli
"Crisis de conciencia" ayudó a muchisimos testigos, pero personalmente pienso que el testigo que leyó a R.Franz ya algunas dudas tenía. El libro fue la 'puntilla', la 'guinda' al pastel...la constatación de que toda la organizacion era cosa de hombres y no de Dios.
ResponderEliminarPero creo que lo mejor de todo, para mí, fue ver a Raymond Franz en una entrevista que le hicieron para la television. No tengo mucho tiempo para buscarla y subirla aquí, pero es impresionante ver al hombre....Tenemos la idea de que un apostata es un seer resentido, amargado, lleno de rabia.....y nada de eso..¡¡¡.
Me impresionó su humildad, casi que le dolía en el alma haber descubierto la mentira.
Una persona con fe....que ya es decir despues de haber pasado su vida entera en la Jw.org.
El video que mencionas Buenosdias, ya lleva tiempo aqui en este blog, bajo el tema de "otros temas interesantes". Lo copio aqui para el que ande despistado...jejej
ResponderEliminarhttp://extestigoexperiencia.blogspot.com.es/p/ex-miem.html
en esa parte hay muchos videos que he colgado, que son muy buenos, son de todo tipo.
Raymond Franz fue un hombre muy sincero, ha hecho mucho bien con su testimonio. El no perdió la fe, seguía creyendo en Dios y aun así como a la mayoría de los que estamos fuera nos ha pasado, lo tacharon de apostata.
Y lo bueno es que su testimonio sigue ayudando a muchos. *un abrazo*
no olvidemos la parte que dice que no se fue a otra religion ,no le interesaba ademas en algunos lugares de la web,le faltan hojas al libro 442 en adelante se brinca hasta 472 .Es interesante por que seamos cinceros en toda las religiones tienen cola que les picen por que todos hemos pecado y ninguno alcanzamos el estandar divino, y la crisis es global,pero no perdamos la fe... DIOS NO NECESITA QUE NOSOTROS ARREGLEMOS LAS COSAS EL SE ENCARGARA.
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